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El Espirituano

El coloso Uruguay busca más caña

El coloso Uruguay busca más caña

Mientras en las entrañas del central azucarero Uruguay los obreros afinan la maquinaria para la próxima zafra, en los campos del municipio de Jatibonico cientos de hombres y mujeres se empeñan en producir más caña para satisfacer “el apetito” del coloso.

El ingenio que más azúcar produjo en Cuba durante la pasada contienda (también molió parte de la materia prima del central Melanio Hernández) muestra habitualmente una alta eficiencia, pero los volúmenes de caña que recibe aún distan mucho de su capacidad.  

Para saldar esa deuda los directivos y trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Uruguay, perteneciente a la Empresa Azucarera de central provincia de Sancti Spíritus, tienen bien definida su estrategia:    aumentar la superficie dedicada al cultivo rescatando áreas que se encuentran sin producir y aprovechar al máximo la nueva maquinaria y los sistemas de riego recibidos recientemente.

“La próxima zafra debe extenderse unos 122 días, pero el objetivo es seguir aumentando la disponibilidad de materia prima para moler durante 130 días en la próxima contienda y llegar a las 150 jornadas en el año 2018, cuando nuestro coloso deberá producir más de 100 000 toneladas de azúcar”, explicó Elvis González, Director de la Unidad de Atención a Productores de la UEB Uruguay.

GANARLE TERRENO AL MARABÚ

Todos los días varios buldózers derriban marabuzales bien crecidos en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) El Patio, una de las entidades ubicadas al sur de Jatibonico que retoma el cultivo de caña, luego de varios años dedicados a la actividad agropecuaria.

Otros equipos pesados empujan las plantas cortadas luego de que decenas de hombres, machete en mano, le han cortado y apilado las ramas que más tarde serán quemadas.

“Este es un trabajo duro pero con voluntad y ánimo desbrozamos un campo de estos en un día y medio; es difícil pero se avanza”, dice Melquíades Lescay, un habanero que ahora integra el contingente de más de cien hombres que se enfrenta a las malezas.

Deisy García, la administradora de la UBPC El Patio, considera que se avanza a un ritmo bastante rápido, por lo que al finalizar el año deben tener ya limpias de marabú unas 600 hectáreas, lo que le permitirá a la unidad incrementar la producción cañera para zafra del 2016.

“Nosotros en la pasada contienda, como teníamos poca área y toda nuestra caña era nueva, alcanzamos 94 toneladas por hectárea, el rendimiento más alto del país; ahora, con más de 300 hectáreas, estimamos llegar a 52 toneladas por hectárea, un rendimiento que se corresponde con el potencial agrícola, si se tiene en cuenta que nuestros cañaverales apenas disponen de riego”, dice Deisy, quien agrega que el retorno a la actividad cañera le ha permitido a la UBPC mejorar su situación económica.

Durante los últimos cinco años en Jatibonico se han rescatado para la actividad cañera más de 6000 hectáreas (la mayor parte infestadas de marabú), ubicadas a menos de 25 kilómetros del central Uruguay.

“Este año nos proponemos sumar 1 300 hectáreas, añadiremos 1 700 en el próximo y seguiremos avanzando, de manera que en el 2018 debemos cubrir toda el área cultivable, que asciende a más de 33 000 hectáreas”, apunta Elvis González, un hombre que sueña con ver, como antaño todo el sur de Jatibonico convertido en un inmenso macizo cañero.

MAQUINARIA Y RIEGO A FAVOR DE LA CAÑA

Tras muchos años de deterioro de la maquinaria agrícola y escasas posibilidades de reposición, la Unidad Empresarial de Base recibió 44 modernos tractores con sus implementos, que han permitido intensificar la preparación de tierras y brindarle a los cañaverales mejores atenciones, con el fin de incrementar la producción.

“Tenemos la intención de elevar los rendimientos cañeros aplicando bien la tecnología y realizando con calidad y en el momento oportuno las labores que necesitan las plantaciones”, refiere Elvis González, quien afirma que la inyección de nueva maquinaria ha permitido preparar y cultivar con inmediatez las áreas que se van rescatando.

El directivo reconoce que, a diferencia de hace unos años, hoy los agricultores cañeros cuentan con más insumos como fertilizantes, herbicidas y combustible para realizar las labores imprescindibles, aunque en algunas unidades aún siguen siendo insuficientes los equipos para realizar las labores de cultivo.

Para que en las próximas zafras llegue más caña al vientre del coloso Uruguay, se recuperan canales e introducen sistemas de riego (portátiles con enrolladores, eléctricos y con combustible diésel).

Leonel Bravo, administrador de la UBPC La Vega, la más beneficiada, refiere que en su unidad el 18% de la superficie cañera ya cuenta con riego, lo que ha permitido que las plantaciones que se cortarán en la próxima zafra tengan un rendimiento promedio de 54 toneladas por hectárea, aunque algunas llegan a 100 t/ha.

“Con los sistemas de riego no sólo tenemos la posibilidad de que las plantas reciban agua todo el tiempo y se desarrollen mejor, sino que también podemos hacerle las labores a la caña en el momento óptimo, es decir, si vamos a regar herbicida le aplicamos agua para que tenga buena humedad y con los fertilizantes sucede igual”, explica Leonel.

Por tales ventajas, en la UBPC La Vega continúa la recuperación de otro canal abandonado, al tiempo que se prevé liberar de marabú unas 200 hectáreas más que se encuentran alrededor del canal, con lo cual se pondría en explotación la totalidad del área cultivable perteneciente a la unidad.

Según estudios realizados por especialistas de la UEB Uruguay, el potencial agro-productivo de sus áreas cañeras es de 47 toneladas por hectárea, en correspondencia con las posibilidades de riego y las características de los suelos, entre otros factores tenidos en cuenta.

“Hoy, con sólo un 4% de la superficie cañera con riego, los cañaverales del Uruguay tienen un rendimiento promedio de 43 toneladas por hectárea, pero aspiramos a seguir introduciendo sistemas de riego para que en el 2018 ese rendimiento supere las 50 toneladas por hectárea”, precisa Elvis González, convencido de que resultará esencial la culminación del canal La Felicidad, una obra que este año comenzó a ejecutarse.

Con el rescate de áreas para la actividad cañera cambia por día el paisaje de los campos del sur de Jatibonico, pero al mismo tiempo se elevan los ingresos de los hombres que se dedican al cultivo y mejora la calidad de vida de sus familias.

“La caña vuelve a estar en el centro de nuestras vidas y seremos capaces de devolverle al Uruguay el esplendor de antaño”, asevera Leonel Bravo, señalando con orgullo una plantación que ya supera las 100 toneladas por hectárea.

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