Blogia
El Espirituano

Camarón que despierta…

Camarón que despierta…

El cultivo del camarón muestra signos de recuperación en Sancti Spíritus, después de un período de deterioro.    En esa provincia la Unidad Empresarial de Base “Cultizaza” mejora sus índices de eficiencia y debe aportar mayores volúmenes del crustáceo para la exportación y el mercado interno.

Justo al anochecer comienza la cosecha del camarón en la Unidad Empresarial de Base Cultizaza, de Sancti Spíritus.   Durante días los pescadores de esa entidad espirituana, ubicada muy cerca del poblado costero de Tunas de Zaza, esperaron la fase de luna llena para extraer el crustáceo de la especie Litopenaeus vannamei que fue cultivado en los cuatro meses anteriores.

“Estoy muy contento porque estamos sacando animales de buen tamaño y con pocos defectos”, expresa Osvaldo Bermúdez, uno de los tres camaronicultores responsables del estanque donde se realiza la cosecha”.

Alexander Alonso, el jefe de la granja 2, también asegura estar satisfecho por el peso promedio de los camarones que se extraen, a pesar de faltaron insumos durante la etapa de cultivo.

Ese optimismo era impensable a inicios de año, cuando Cultizaza estaba considerada la peor unidad de la Empresa Nacional de Cultivo del Camarón.    Es cierto que hubo inestabilidad en el suministro de pienso y hasta se dejó de recibir larvas, pero hubo otros problemas que condujeron al colapso.

“Se presentaron varias indisciplinas técnicas, faltó exigencia por parte de los directivos que teníamos en esa etapa, y el robo nos afectó bastante”, refiere Miguel Ángel Sorí, Jefe de Producción de Cultizaza.

Así la producción fue muy pobre:   apenas 120 toneladas entregadas a la industria al finalizar el primer semestre.     La ineficiencia era notoria, como lo demuestra la utilización de 3,7 toneladas de pienso para obtener una de camarón, índice que repercutió considerablemente en que la entidad llegara a tener más de un millón de pesos de pérdidas.

Ese panorama comenzó a cambiar cuando asumieron nuevos directivos y se reparó gran parte de la infraestructura de la camaronera, incluidos los diques y canales. 

“Mejoramos las instalaciones de los camaronicultores y su alimentación, también se arreglaron los viales y a los jefes de granja se les facilitó un transporte ligero para mejorar su desempeño”, acota Alexander Alonso.

Los mejores técnicos de Cultizaza se vincularon directamente a la producción, y los camaronicultores más experimentados ahora atienden los estanques.    Para borrar cualquier vestigio de desorden, prevalecen una estricta disciplina tecnológica y un control riguroso de la calidad durante toda la etapa de cultivo y también en la cosecha.    A la vez se reforzó el sistema de seguridad interna y la colaboración con la Policía Nacional Revolucionaria para evitar robos.

“Los pescadores tienen un mayor sentido de pertenencia, evidente tanto en el manejo como en el cuidado de los estanques y de su producción”, asegura Edisbel Rodríguez, jefe de la brigada de cosecha del camarón.

Cuando semanas atrás concluyó la cosecha en la Granja 3, todos se sorprendieron.   La supervivencia fue muy buena (superior al 60%); se alcanzaron 146 toneladas, 27 más que las previstas; el rendimiento fue de 1200 kilogramos por hectárea, y para obtener cada tonelada de camarón se utilizó sólo 1,73 toneladas de pienso, índice considerado entre los mejores a nivel internacional.

Ahora en la granja 2 se esperan resultados similares.   La camaronera espirituana no cumplirá el plan del año, pero aportará más de 400 toneladas, y puede seguir recuperándose.

 “Es preciso planificar el mantenimiento periódico de las instalaciones, lograr estabilidad en el suministro de los insumos de producción y de las larvas, y trabajar para que los progenitores se vayan mejorando genéticamente”, considera Miguel Ángel Sorí.

De esa forma Cultizaza, ya lejos del colapso, podrá seguir entregando, como ahora, un producto de gran calidad, que le permita aumentar su contribución en divisas al país.

0 comentarios