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El Espirituano

Los usufructuarios pueden aportar más

Los usufructuarios pueden aportar más

En Sancti Spíritus ya se encuentra en explotación el 80 por ciento de las tierras ociosas entregadas en usufructo por el Decreto-Ley 259. El sector cooperativo-campesino de la central provincia ha incrementado la producción agropecuaria. Sin embargo, persisten problemas que limitan la oferta de productos a la población y a organismos prioritarios.

Con la habilidad de un veterano vaquero, el joven Rody Mandín conduce su rebaño vacuno por los potreros de su finca, en la zona de Guasimal, a menos de 20 kilómetros de la ciudad de Sancti Spíritus.

“Esta tierra estaba repleta de marabú, y mi padre y yo lo echamos abajo a machete, y luego le aplicamos un producto para evitar el rebrote”, explica Rody, quien recibió 13 hectáreas en usufructo.

“Comencé con siete vacas y ya tengo más de 70 reses. Ahora mi aspiración es que me entreguen otras tierras colindantes con mi finca para aumentar el número de animales y la producción”, refiere Rody.

En la misma zona del entronque de Guasimal, Raudel Toledo, otro usufructuario, le da las atenciones culturales requeridas a sus plantaciones de piña.

“Cuando empecé aquí todo estaba infestado de marabú, parecía que haría falta un buldózer para desbrozar, pero lo tumbé a hacha y lo destronqué a mano”, cuenta Raudel, quien ya entregó grandes volúmenes de piña el año anterior.

Con el mismo arresto de Rody Mandín y Raudel Toledo, muchos espirituanos le extraen frutos a tierras recibidas en usufructo. De esa forma aseguran el sustento familiar y contribuyen a incrementar la producción de alimentos, una actividad considerada de seguridad nacional.

UN PROCESO QUE AVANZA PERO…

En la provincia de Sancti Spíritus se han entregado unas 85 000 hectáreas ociosas, de las cuales el 80 por ciento está en explotación.

“Las personas reciben tierras infestadas de aroma y tienen hasta dos años para ponerlas en explotación, por eso un 80 por ciento de áreas produciendo es un resultado favorable”, opina Aníbal Delgado, Director del Centro de Control de la Tierra, perteneciente al Ministerio de la Agricultura en Sancti Spíritus.

Sin embargo, la entrega de tierras en usufructo no ha sido un proceso exento de dificultades.

“Tuvimos problemas con la confección de los expedientes a lo largo del proceso y los trámites demoraron al principio más de lo previsto”, reconoce Delgado, quien agrega que en el caso de los expedientes más complejos la entrega de tierra llegó a demorar más de los 108 días establecidos.

Otro obstáculo es que algunas entidades se resisten a declarar sus tierras ociosas o demoran en entregarlas. No son pocos los espirituanos que ansían cultivar la tierra en áreas que hoy permanecen abandonadas.

“Nosotros tenemos un grupo de campesinos que desean tener más área para cultivar tabaco e, incluso otros quieren comenzar a sembrar y no pueden hacerlo, mientras miramos cómo 10 caballerías cercanas están perdidas de marabú”, se lamenta Carlos Alonso, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CSS) Bernardo Arias, del municipio de Sancti Spíritus.

A pesar de los inconvenientes, en Sancti Spíritus ya recibieron tierras en usufructo más de 10 000 productores.

“Consideramos que con la entrega de tierras en usufructo se acrecentó el aporte del sector cooperativo-campesino en los principales renglones agropecuarios, como los cultivos varios, con un crecimiento anual de 3 600 toneladas, y la crianza de ganado vacuno y ovino”, manifiesta Noel Gil, miembro del Buró Provincial de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en Sancti Spíritus.

Aunque ha crecido la producción, ese incremento no está en correspondencia con el área entregada, y mucho menos, ha propiciado un descenso de los precios. Sucede que no todos los productores que recibieron tierras en usufructo, han dado la respuesta que de ellos se esperaba.

“Unos vinieron embullados al campo y luego se amilanaron, porque el campo es duro, y enfrentarse al marabú es peor”, dice Elier Rodríguez, Presidente de la CSS Paquito Rosales.

Pero la mayoría produce. Eso sí, todo resulta más fácil para los que ya tenían tierras y alguna infraestructura.

“Todos los campesinos no pueden comprar los insumos y recursos necesarios al precio que hoy tienen”, agrega Elier. “Al campesino que se está iniciando no le resulta fácil comprar un rollo de alambre en 600 pesos, en tanto los productores que ya tenían tierras sí tienen un fondo monetario para invertir”.

LOS CONTRATOS Y LA COMERCIALIZACIÓN DEFINEN

El aporte de los usufructuarios también está limitado por los malos contratos y su frecuente incumplimiento. No pocas veces ha faltado o llegado tarde el recurso contratado previamente.

“En estos momentos tenemos tres caballerías sembradas de frijol y corre el riesgo de perderse, porque la CSS recibió sólo 20 litros de combustible, un volumen irrisorio para regar las plantaciones”, explica Carlos Alonso.

Noel Gil señala que hoy existen mejores condiciones para realizar con calidad la contratación, porque existe una mayor cantidad de recursos, que posibilitan proteger con paquetes tecnológicos varios cultivos, sobre todo los que permiten sustituir importaciones.

El propio presidente de la CSS Bernardo Arias asegura que su cooperativa no tiene problemas para vender susproductos en los puntos de venta cercanos, e incluso acarrean sin contratiempos toda la leche acopiada. No obstante, considera que sí hay dificultades para comercializar las grandes producciones.

“Se nos esta quedando en el campo el maíz del programa de sustitución de importaciones porque no tenemos cómo llevarlo a la Empresa Porcina, que está en la ciudad; no se nos entrega combustible para la comercialización”, acota Carlos Alonso.

Noel Gil considera que la Empresa de Acopio, que puede ubicar productos agrícolas en varios puntos de venta, debe hacer todo lo posible para recolectar la producción de los usufructuarios.

“Hay campesinos que han tenido que salir a vender fuera de la provincia productos que no se les quiere acopiar, por ejemplo, la yuca, la misma yuca que no tiene presencia estable en nuestros mercados”, sostiene Noel.

En Sancti Spíritus se pueden entregar otras 20 000 hectáreas ociosas. Ahora hay que garantizar más agilidad en el proceso, exigir por la adecuada explotación de las tierras, y comercializar mejor. Sólo así se cumplirá cabalmente el objetivo el Decreto Ley 259: obtener y ofertar más productos agropecuarios.

1 comentario

Luis Gutiérrez -

Un logro e iniciativa importante. Es lamentable que los amigos cubanos tengan que levantar a pulso su producción alimentaria, sin que sus países hermanos de latinoamerica tomemos una sólida posición para romper el boloqueo que por más de 50 años limita su desarrollo y que hoy no tiene ningún sentido. Sin importar tendencias políticas o económicas, no podemos voltear la cara ante la prepotencia y el abuso. ¿que peligro representa Cuba para el mundo, para que se le trate de esta manera? No propagamos a los cuatro vientos la libertad de cada país. ?No declaramos acaso en cada uno de nuestros países, nuestro derecho a la libre determinación sin intervención extranjera? ¿no lo declaran así cada uno de nuestros gobiernos? Entonces, lo digno e independiente es no hacerle el juego a un bloqueo que se remonta a la guerra fría y no tiene ningún sentido en un mundo globalizado.