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El Espirituano

Excursión al Valle de los Ingenios gana aceptación durante el verano

Excursión al Valle de los Ingenios gana aceptación durante el verano

Un recorrido por sitios de interés histórico del Valle de los Ingenios, declarado desde 1988 Patrimonio Cultural de la Humanidad, se ha convertido en una de las opciones preferidas por la población de Trinidad y quienes visitan durante el verano esa sureña ciudad de la provincia de Sancti Spíritus.

La excursión forma parte del Programa “Por rutas y senderos trinitarios”, iniciativa del Centro de Promoción Cultural de la Oficina del Conservador de la ciudad de Trinidad y el Valle de Los Ingenios, cuyos especialistas acompañan a los veraneantes para brindarles información sobre los lugares visitados y responder cualquier pregunta.

“Pretendemos que se salvaguarde toda todo el patrimonio tangible e intangible de Trinidad, y una de las maneras de hacerlo es llevar a los habitantes de la villa y todo el que quiera a un reencuentro con todos esos sitios que tuvieron gran importancia durante el siglo XIX y contribuyeron al florecimiento de la población y lo que es actualmente”, explica Marlén Castellanos, Jeja de departamento del Centro de Promoción Cultural de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios.

Los veraneantes llegan primero al Mirador desde el que puede apreciarse los valores paisajísticos del Valle de San Luis, ubicado en las faldas de las montañas del Escambray, uno de los lugares que durante siglos estuvo dedicado al cultivo de la caña y contó con numerosas fábricas de azúcar.

La excursión continúa por San Isidro de los Destiladeros, sitio arqueológico donde se conserva la estructura original de un ingenio del siglo XIX y se puede conocer cómo eran su sistema y proceso de producción.

Después se visita la Casa Hacienda del ingenio Guáimaro, que llegó a ser el más importante de Cuba en su época y hoy es sede del Centro de Interpretación del Valle de los Ingenios, y concluye en el lugar donde estuvo enclavado el antiguo ingenio Manaca Iznaga, cuya principal atracción es su torre-campanario, con 43,5 metros de altura.

“Es una excursión maravillosa, sobre todo para los niños y jóvenes, que pueden divertirse y a la vez aprender”, dice Nadine Ramírez, una trinitaria que viajó acompañada de su esposo y su hija.

Melisa Castellanos, una adolescente trinitaria, manifestó su emoción por haber visitado el antiguo barracón de esclavos de San Isidro de los Destiladores, donde le explicaron cómo vivían y trababan los hombres y mujeres que sustentaron con su sudor y sangre el esplendor del Valle de los Ingenios, una de las regiones mayores productoras de azúcar en el mundo durante el siglo XIX.

“Visitar todos estos lugares, constatar el magnífico trabajo realizado por los arqueólogos y ver de cerca lo que nuestros ancestros nos legaron, ha sido para mí fascinante”, expresó Fermín Brunet, un trinitario que llevó a su pequeño hijo al recorrido.

Por tercer año consecutivo se realiza la excusión durante la etapa de verano, y los interesados deben abonar cinco pesos en moneda nacional, un precio módico para el cubano común.

Todos los viernes del mes de julio tres ómnibus con capacidad para veinticinco personas partieron llenos, y también se realizaron recorridos entresemana, solicitados por colectivos laborales y estudiantiles del municipio de Trinidad y otros territorios.

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