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El Espirituano

Más jóvenes entre abejas

Más jóvenes entre abejas

Cuando Yoandy Rodríguez decidió permanecer entre abejas, a pesar de haberse graduado como Licenciado en Economía, a nadie le sorprendió.   Era ese el destino lógico para el hijo de Manuel Rodríguez Licor, uno de los mejores apicultores de Yaguajay y de toda la provincia de Sancti Spíritus.

“Desde pequeño me inculcaron conocimientos relacionados con el apiario, me he criado en este mundo y ahora deseo seguir la larga carrera de mi familia, sobre todo de mi padre, a quien le debo todo cuanto conozco de la apicultura”, refiere Yoandy, quien a sus 28 años atiende 25 colmenas y colabora en la atención a las 120 que posee su progenitor.

Mientras, en el mismo municipio de Yaguajay, otro joven de apenas 23 años, Luis Omar Pérez, también vive seducido por las abejas, aunque sin influencia familiar.

“Desde chiquito me gustó el trabajo en el apiario, empecé trabajando la abeja melipona y después me asocié a un experimentado apicultor que vive cerca de mi casa, quien me enseñó a conocer bien a las abejas”, dice Luis Omar.

La incorporación de jóvenes como Yoandy y Luis Omar a los colmenares es muy bien recibida en Sancti Spíritus, provincia donde la mayor parte de los apicultores rebasa los 50 años de edad y algunos como Servelio Borges, el maestro de Luis Omar, ya superan las siete décadas de vida.

“El trabajo de la apicultura exige mucho esfuerzo físico, viajar distancias y hasta una carretilla de panales pesa bastante, por eso la sangre joven es muy importante, sin los jóvenes realmente no se puede progresar en esta actividad”, opina Omar Martínez, experimentado apicultor de la Cooperativa de Créditos y Servicios Obdulio Morales.

Conscientes de esa realidad, los apicultores de Yaguajay y de otros territorios de la provincia se han acercado a jóvenes de la enseñanza politécnica y de otros centros educacionales, con el fin de despertar su interés por el mundo de las abejas.

“Es un deber de nosotros los apicultores abrir círculos de interés en las escuelas  y que las clases sean impartidas por los apicultores de más experiencia”, asevera Manuel Rodríguez Licor, quien asegura que antes de que finalice el año la cooperativa a la que pertenece, la CCC René Rodríguez, habrá creado su círculo de interés en la escuela primaria más cercana.

Como sucedió con Yoandy y Luis Omar, en los propios apiarios también se puede encontrar a los jóvenes que la Empresa Apícola de Sancti Spíritus necesita, no sólo como relevo, sino también para incrementar las colmenas y obtener mayores volúmenes de miel.

Yudmila González, especialista de producción de la Empresa Apícola de Sancti Spíritus, explicó que en estos momentos se realiza un censo para identificar a aquellos jóvenes que apoyan a los actuales apicultores, con el propósito de “crearles todas las condiciones, según el reordenamiento, y ubicarlos para que tengan su propio apiario y así garantizar el desarrollo de la apicultura en la provincia”.

Desde que aumentó el precio de compra de la miel a los apicultores (una tonelada de primera calidad alcanza los 17 000 pesos), una docena de jóvenes espirituanos han tomado bien en serio el trabajo con las abejas. Cuatro de ellos, incluidos Yoandy y Luis Omar, ya mantienen relaciones contractuales con la Empresa Apícola.

“Hoy tengo 35 colmenas contratadas, pero mi intención es llegar a 100, si la ubicación de las zonas me lo permite, y de esa manera poder vivir del trabajo con las abejas”, manifiesta Luis Omar, mientras enseña con orgullo uno de sus panales repletos de miel.

Por su parte, Yoandy Rodríguez expresa que está resuelto a continuar la tradición apícola su familia, y aunque no aumentará por ahora el número de colmenas, a sabiendas de que su apoyo es fundamental para continuar alcanzando altos rendimientos en el apiario de su padre.

“Con  los nuevos precios me siento contento, creo que vale la pena soportar hasta las picadas, porque podré ayudar económicamente a mi familia”.

De manera que la apicultura, más allá de su importancia económica para el país, puede constituir, para jóvenes como Yoandy Rodríguez y Luis Omar Pérez, una fuente honrada de ingresos y, al mismo tiempo, una vía de realización y felicidad personal.

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