Utilizan lodos y aceites usados como combustible en Fábrica de Cemento Siguaney
La Fábrica de Cemento Siguaney, de Sancti Spíritus, comenzó con éxito el coprocesamiento de lodos y aceites usados en los hornos de clinker, como vía segura para eliminar esos desechos, considerados peligrosos para el medio ambiente.
La industria cementera ubicada en el municipio de Taguasco ha quemado este año en sus hornos de clinker más de 600 toneladas de lodos y aceites usados por grupos electrógenos y medios de transporte automotor, respectivamente.
La experiencia, aún en ciernes, consiste en mezclar esos desechos -que según el Convenio de Basilea son considerados peligrosos para el medio ambiente-, con el crudo cubano que se utiliza en la producción de clinker, y así disminuir los índices de consumo de combustible de la Fábrica de Cemento Siguaney.
“Al coprocesar esos lodos y aceites usados en los hornos de clínker, destruimos de forma segura desechos peligrosos, y ahorramos alrededor de 200 pesos por cada tonelada de crudo cubano que sustituimos”, explica el ingeniero Adalberto Ventura, especialista de medio ambiente de la Fábrica de Cemento Siguaney.
Ventura aseveró que el impacto para el medio ambiente es muy favorable, pues si en la mezcla utilizada como combustible se logra sustituir un 30% del crudo cubano por lodos y aceites usados, se reduciría a menos de un 6% la proporción de azufre que el petróleo nacional tiene y sería menor la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
La industria taguasquense cuenta con un sistema de recepción y almacenamiento, en tanques debidamente aforados, con sus correspondientes sistemas de bombeo y sistemas de filtro a la entrada y salida de los tanques, así como instrumentos de medición de flujo, lo que permite que los lodos y aceites usados puedan mezclarse adecuadamente con el crudo que se procesa en los hornos.
Un estudio presentado por especialistas de la Fábrica de Cemento Siguaney indica que los hornos de clinker son idóneos para el coprocesamiento de los lodos y aceites usados, porque los gases permanecen durante más de 3 segundos a una temperatura superior a los 1200 º C, y en estas condiciones los compuestos orgánicos, incluso los más estables, son destruidos en su totalidad.
En el interior del horno de clinker, explican los expertos, también hay un ambiente altamente alcalino, que garantiza la neutralización de los compuestos ácidos como el ácido clorhídrico, fluorhídrico y compuestos de azufre (SO2 y SO3). Además, no se genera ningún residuo, porque los metales pesados son incorporados, de forma estable, a la estructura del clinker sin mermar sus propiedades ni su calidad final, y sin producirse escorias ni cenizas.
El coprocesamiento de lodos y aceites usados en la Fábrica de Cemento Siguaney ha sido posible hasta ahora por el aporte de empresas de la provincia de Villa Clara, a las que en el futuro deben sumarse entidades de distintos organismos de la región central del país.
En la provincia de Sancti Spíritus se reinició recientemente la recogida de los aceites usados, que son almacenados en la Refinería Sergio Soto de Cabaiguán para su posterior entrega a la Fábrica de Cemento Siguaney.
Tales acciones forman parte de una estrategia trazada por Cuba para el manejo correcto de los lodos y aceites lubricantes usados, con el objetivo de mitigar de forma significativa la degradación del medio ambiente, reducir el peligro de toxicidad (por sus características pueden expandirse en grandes áreas de suelos y aguas), y minimizar el impacto negativo que pueden provocar en la salud humana contaminantes tóxicos, como los compuestos aromáticos y metales pesados.
Se calcula que un litro de aceite lubricante usado puede contaminar un millón de litros de agua, en tanto 5 litros del mismo producto, vertidos sobre un lago, cubren una superficie de 5000 m2 con una película oleosa que perturba la vida acuática.
El coprocesamiento de los aceites usados de manera segura en los hornos de clínker de las cementeras, resulta doblemente beneficioso, si se tiene en cuenta que 5 litros de aceite lubricante usado quemados sin control, contaminan un volumen de aire equivalente al que respira una persona a lo largo de 3 años de su vida.
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