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El Espirituano

Producen cementos especiales en Siguaney

Producen cementos especiales en Siguaney

 

La Fábrica de Cemento Siguaney, de la provincia de Sancti Spíritus, es la única planta cubana que produce los llamados cementos especiales, muy costosos en el mercado internacional, y que hoy se utilizan con resultados satisfactorios en obras estratégicas para el país.   

Según Gustavo Suárez, director general de la fábrica, el volumen aportado aún no es grande, porque responde a los pedidos, pero el propósito es consolidar esas producciones que también pudieran ser exportadas en el futuro.

Uno de los cementos especiales que hoy se obtienen en la industria espirituana es el hidrófugo, elaborado anteriormente en 1989 y en el 2002, y que ahora se retoma con mayores producciones, más estables y de mayor calidad.

Se trata de un cemento que permite que los morteros u hormigones fabricados con él sean más impermeables, debido a que tiene las propiedades del Portland P-350, de producción nacional, con aditivos hidrófugos que bloquean los poros y capilares, y le otorgan a las mezclas propiedades repelentes al agua sin modificar el resto.   No varía la velocidad del fraguado ni la resistencia del material.

Los trabajadores de la Fábrica de Siguaney incursionan también en la producción de cemento para el encamisado de pozos de petróleo, el cual proporciona alta resistencia a la compresión, resistencia al ataque químico, un buen sello hidráulico entre las capas del subsuelo y bajo consumo de aditivos, por lo que es considerado un producto viable desde el punto de vista técnico y económicamente rentable.

De acuerdo con los especialistas de la planta, el cemento para pozos de petróleo posibilita obtener mayores beneficios económicos a las empresas que se dedican a la perforación de pozos de petróleo, al requerir un bajo consumo de aditivos químicos, minimizar los tiempos de espera de fraguado y tener una mayor respuesta temprana en su esfuerzo compresivo. 

Otro cemento especial obtenido en Siguaney es el puzolánico, idóneo para construcciones cerca o dentro del mar, y que se elabora actualmente en sólo siete países del mundo.    

La industria cementera espirituana, que acaba de cumplir 40 años de fundada, priorizó la introducción de nuevas producciones a mediados de la década de los 80 el pasado siglo.    En aquel momento se redujo notablemente la producción de cemento gris, debido a la crisis energética mundial y al funcionamiento estable de la fábrica Carlos Marx, de Cienfuegos (con un consumo mucho menor de combustible, por ser de proceso seco).

Uno de los pasos más importantes en aras de la diversificación se dio en 1989, cuando arrancó la fabricación de clinker blanco y los cementeros de Siguaney se convirtieron en los únicos del país que elaboran cemento blanco.

La fábrica más emblemática del municipio de Taguasco, a pesar de ser de proceso húmedo y tener una vieja tecnología, ha logrado disminuir considerablemente el consumo de combustible y de energía eléctrica, por lo que es considerada, entre las industrias de su tipo, la más eficiente en Cuba.

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