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El Espirituano

Del surco al hotel

Del surco al hotel

Hace poco más de dos años el país aprobó la venta directa de productos agrícolas al sector del turismo, con el fin de reducir las importaciones.     En la provincia de Sancti Spíritus han crecido progresivamente las ventas de diversos surtidos, pero todavía muy pocas entidades y productores individuales aprovechan esa oportunidad.   

En menos de dos años la Cooperativa de Créditos y Servicios Paquito Rosales, del municipio de Sancti Spíritus, aumentó siete veces el área dedicada al cultivo de piña.     Hoy sus productores siguen sembrando con el fin de venderle directamente a instalaciones turísticas de Trinidad.

 “El turismo nos ha beneficiado porque las ventas directas a ese sector ya representan el 22% de los ingresos de la cooperativa, que se ha desarrollado más con el acceso a ese mercado limpio y seguro”, asevera Yoaxel Pérez, presidente CSS Paquito Rosales, cuyas plantaciones están ubicadas en los alrededores del entronque de Guasimal, a unos 15 kilómetros de la capital provincial espirituana.

Allí tiene su finca Silvio Mesa, un productor que continúa sembrando piña, motivado por los ingresos que obtiene por la venta al turismo.

“Las instalaciones hoteleras han mostrado seriedad, cada vez que me hacen una solicitud siempre cumplen, la cooperativa traslada los productos y nunca ha fallado una compra”, dice Silvio.

Además de contar con un mercado seguro, los productores de la CCS Paquito Rosales se han beneficiado con los precios a los que el turismo les ha comprado hasta ahora sus 15 surtidos, una cifra que pudiera ampliarse.

“Me ha dado muy buenos resultados venderle al turismo, por ejemplo, ellos me compran la libra de ají pimiento a 5.80 pesos, en tanto la Empresa de Acopio lo adquiere a 2.50 pesos para su posterior oferta a la población”, apunta Raudel Toledo, un productor que comenzó sembrando piña y ya cuenta también con plantaciones de distintas variedades de ají, así como pepino, habichuela y maíz.

Con las ventajas que tiene la venta directa a instalaciones turísticas, cualquiera supondría que muchas cooperativas de Sancti Spíritus producen para ese mercado.    Sin embargo, lo hacen sólo dos:   las CCS Paquito Rosales y Alfredo Acosta, esta última ubicada en el municipio de Taguasco, donde sus productores cultivan con el fin de venderle a centros de la cadena Islazul.    

Hace dos años, cuando comenzó la experiencia, otra docena de entidades hicieron contratos, pero luego desistieron.

“No todas las cooperativas estaban preparadas para abastecer al turismo y cumplir sus requerimientos, en primer lugar contar con una oferta de productos agrícolas amplia en estable”, sostiene Pedro Luis Martínez, especialista encargado de la actividad (Agrotur) en la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura de Sancti Spíritus.

Una oferta amplia sí tiene la CSS Rafael Saroza, de Trinidad, cooperativa insigne del movimiento agroecológico en la provincia.    Pero hoy no venden al turismo, según sus directivos, porque no les recibieron productos ya concertados, y por un problema mayor: cuentan sólo con camiones altos consumidores de combustible.

“La empresa agropecuaria de Trinidad no garantiza combustible para la comercialización, y comprarlo en cuc en el CUPET no nos permitiría cubrir los gastos, pues al campesino hay que pagarle los productos y a la cooperativa sólo le queda el margen de comercialización, quiere decir que no es factible desde el punto de vista económico”, explica Genovevo Hernández, el presidente de la CCS Rafael Saroza.

Hernández reconoce que su cooperativa necesita encontrar a toda costa nuevos mercados, entre ellos el del turismo, porque su producción anual asciende a unas 230 toneladas de frutas, de las cuales una gran parte se pierde actualmente.

Por dificultades con el transporte a Trinidad NO llegan los productos de otras entidades y campesinos, por lo que el principal proveedor sigue siendo la Empresa de Frutas Selectas, que durante mucho tiempo ha abastecido a las entidades del turismo y es un suministrador confiable.

No obstante, con la Empresa de Frutas Selectas ya son compiten, usando vehículos propios, la CSS Paquito Rosales y un campesino de Villa Clara.     Los surtidos de ambos se caracterizan por su gran calidad, a diferencia de las producciones de otras cooperativas a las que las instalaciones del turismo dejaron de comprarles.

“Sucedía que los productos no los recibíamos seleccionados y con la calidad requerida, además de que algunos llegaban deteriorados por la falta de envases adecuados”, refiere Desiderio Meneses, almacenero del Hotel Trinidad del Mar, ubicado en la península de Ancón, en el litoral sur de Sancti Spíritus.

A las instalaciones turísticas les conviene adquirir productos más frescos y a un precio inferior al de la Empresa de Frutas Selectas.   Pero resulta difícil encontrar en la provincia de Sancti Spíritus quien suministre los surtidos necesarios con la frecuencia que el turismo demanda.    Directivos de la Empresa Brisas Trinidad del Mar recorrieron varias cooperativas, y sólo la CSS Paquito Rosales los convenció.

“Nos enseñaron allí los productos que tienen para vendernos en los próximos meses y en el segundo semestre del año”, apunta Héctor Zerquera, director de la Empresa Brisas Trinidad del Mar, quien considera que la CCS Paquito Rosales ha demostrado estar trabajando seriamente en función de satisfacer las demandas de los tres hoteles localizados en la península de Ancón.

Con esa confianza los socios de la CCS Paquito Rosales “escalonan” la siembras, de manera que no les falten ofertas durante todo el año, e incorporan prácticas como el uso de microorganismos eficientes, con el objetivo de ofertar productos ecológicos.

“También solicitamos un crédito al banco para construir una nueva nave donde beneficiaremos las producciones, lo que permitirá entregarlas con mayor calidad y un mejor embalaje”, manifiesta Yoaxel Pérez, cuya cooperativa espera vender este año 40 toneladas al turismo.

Sólo con el aporte de las cooperativas Paquito Rosales y Alfredo Acosta, las ventas directas al turismo crecieron en Sancti Spíritus el pasado año (31 toneladas vendidas) y en el primer trimestre del actual, pero pueden ser mayores.

“Hay cooperativas y productores individuales que están desaprovechando esta oportunidad que no sólo es importante para ellos, sino también para la industria turística y el país”, expresa Pero Luis Martínez, quien confía en que otros campesinos empiecen a productor para el turismo en el transcurso del presente año.

Para el 2030 en la provincia de Sancti Spíritus se prevé un crecimiento significativo de la llegada de turistas y del número de habitaciones, cuyo número debe sobrepasar las 11 000.    Harán falta, entonces, muchos más productores capaces de conquistar el mercado del turismo, tan exigente como provechoso.

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