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El Espirituano

Cuando se limpia la sangre

Cuando se limpia la sangre

Romelia Brito encara la etapa más difícil de su vida.     Aquella fortaleza que siempre la caracterizó comenzó a resquebrajarse hace casi una década, cuando le diagnosticaron una insuficiencia renal. El estado de salud de la humilde vecina de Iguará siguió deteriorándose, hasta que a finales del 2004 se convirtió en paciente habitual de la Sala de Nefrología del municipio de Yaguajay.   Allí los martes, jueves y sábados, se le practica la hemodiálisis.

“Sin este tratamiento no hubiera sobrevivido.    Ahora me siento con más ánimo y fuerzas, porque yo había perdido mucho aliento”, refiere Romelia, acostada en unas de las camas de la moderna unidad asistencial, mientras su sangre es filtrada una y otra vez por un riñón artificial.

Al igual que Romelia, otros 24 pacientes acuden en días alternos a la Sala de Nefrología del Hospital Joaquín Paneca para someterse a la hemodiálisis, proceder que mantiene con vida a personas que padecen de insuficiencia renal crónica, al retirar impurezas y desechos de la sangre cuando los riñones no pueden hacerlo.

A la sala, inaugurada hace tres años, llegan enfermos procedentes de varias comunidades de Yaguajay y del municipio de Caibarién, en la provincia de Villa Clara.     Anteriormente ellos debían recorrer distancias mayores para “limpiar”su sangre en las salas de nefrología ubicadas en las ciudades de Sancti Spíritus y Santa Clara. 

SERVICIO DE EXCELENCIA

La sala de Nefrología de Yaguajay, construida y equipada a un costo de 442 000 pesos (en moneda nacional) y unos 150 000 en divisas, dispone de cuatro riñones artificiales y un equipo de profesionales capacitados para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen de insuficiencia renal crónica.

“Desde la apertura de esta unidad el número de pacientes se incrementó de 11 a 25, se triplicaron las sesiones de hemodiálisis y se ha reducido notablemente la mortalidad.  Incluso en estos tres años sólo un paciente ha contraído la hepatitis C, algo que suele ocurrir a personas que padecen de insuficiencia renal crónica”, informa el doctor Amaury Ung, Jefe de los servicios de Nefrología en Yaguajay.

Antes de comenzar la hemodiálisis, a cada paciente se le evalúa la presión sanguínea, la temperatura y las frecuencias cardíaca y respiratoria, así como el acceso venoso.    Durante las cuatro horas que dura el procedimiento cada detalle es seguido atentamente por  especialistas, enfermeras y asistentes.

“Ya son parte de mi familia.  Conversan conmigo, me alimentan mientras transcurre la hemodiálisis y hacen lo posible por que yo me sienta bien”, dice Dreidy Salazar, una muchacha de 24 años, que recorre cada semana los 40 kilómetros que separan a Caibarién de Yaguajay.

Pero el servicio comprende mucho más que la asistencia a quienes llegan a la fase terminal de la insuficiencia renal.   Existe un programa para la detección precoz de esta enfermedad, puesto en práctica en el nivel primario del sistema de salud, es decir, los consultorios del médico y la enfermera de la familia, y los policlínicos.

 

“Después que se detecta a las personas que tienen insuficiencia renal, realizamos consultas de progresión y tenemos en cuenta los  factores de riesgo,  como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial”, apunta el doctor Ung.   “Este año sumaremos un psicólogo, un dietista y un cirujano a las consultas, con el objetivo de brindar una atención más integral y preparar mejor a las personas que deberán someterse a la hemodiálisis”.

SERIO PROBLEMA DE SALUD Y…

La Insuficiencia Renal Crónica es uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI.   Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren más de un millón de personas como consecuencia de la enfermedad, y se estima que el número de pacientes que viven con diálisis es superior a un millón 600 mil, con un crecimiento anual del 7%.

De acuerdo con un reportaje publicado recientemente por el periódico Granma, en Cuba “no hay razones para contentarse”: la incidencia de la enfermedad pasa de 71 por millón de población en el 2000 a 101 en el 2005 y la prevalencia de pacientes en diálisis, de 100 en el 2000 a 174 en el 2005, con una tasa de incremento porcentual anual superior incluso a la media mundial.   

 

Los especialistas consideran que ese comportamiento está relacionado con el envejecimiento de la población cubana, y en un alto grado también con la persistencia y el incremento de otros factores causantes de la insuficiencia renal crónica como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.   De ahí la importancia de hacer énfasis en la prevención, con la participación de los facultativos que laboran en el nivel de atención primaria. 

 

A diferencia de otros países, el estado cubano garantiza a los pacientes con insuficiencia renal una atención especializada completamente gratuita, mientras el costo del tratamiento de hemodiálisis a cada persona en el mundo supera los 500 dólares semanales.   Los cubanos que pueden ser sometidos a un transplante de riñón no deben desembolsar un centavo, porque hasta ese proceder se realiza de forma gratuita.

 

“El trato que he recibido en todo momento es excelente”, asevera Romelia Brito, al término de la sesión de hemodiálisis en la Sala de Nefrología de Yaguajay, una de las 50 que hoy funcionan en todo el país.   “!Qué sería de nosotros si tuviésemos que pagar por toda esta atención!  Yo estaré eternamente agradecida por lo que los médicos y mi país han hecho por mí”.  

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