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El Espirituano

El Pintor de los tejados

El Pintor de los tejados La teja española, uno de los símbolos de la arquitectura colonial cubana, es el elemento principal de las metáforas del pintor espirituano Antonio Díaz Rodríguez. Pocos artistas han logrado captar con igual maestría los tonos y las luces que caracterizan a las ciudades nacidas tras el encuentro de culturas en las tierras de América.


Cada vez que empuña un pincel, Antonio Díaz deja su alma plasmada en el lienzo. Así ha ocurrido siempre, desde que el destino otorgara poderes a sus manos para eternizar a Sancti Spíritus, la ciudad que le vio nacer el 4 de septiembre de 1942.

Con lirismo nostálgico, utilizando a menudo los colores ocre y siena, el pintor apresa en sus telas el pasado y el presente de una de las villas fundadas por el Adelantado Diego Velázquez hace casi cinco siglos. La teja colonial española es el elemento principal de sus metáforas.

Antonio ha creado alrededor de MIL obras durante los últimos 40 años. Muchas de ellas han sido exhibidas en una decena de exposiciones personales e innumerables muestras colectivas. Sus cuadros se encuentran en lugares públicos o forman parte de colecciones privadas dentro y fuera del país. El pintor preside actualmente la filial de Artes Plásticas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la provincia de Sancti Spíritus.

¿Cuándo comenzó a pintar? ¿Cuáles fueron sus primeros motivos?

No puedo precisar cuándo empecé a pintar, pero sí estoy seguro de que era un niño. Entonces hacía copias de los muñes y los comics. Luego, al ir adentrándome en el mundo de la plástica, pinté la Iglesia Mayor, el Puente Yayabo, los motivos que siempre atraen a los principiantes en esta ciudad.

¿Cuándo comprendió que tenía aptitudes como artista y tomó en serio este trabajo?

Fue la gente la que me hizo comprender que tenía aptitudes, porque elogiaban mis cuadros. Yo siempre tomé en serio la pintura. Me atrevo a asegurar que el mismo esfuerzo que hacía al principio es el que estoy haciendo ahora.
Muchos afirman que su obra es una continuidad de la de Oscar Fernández Morera...

Todo artista tiene influencias. No reniego de la posibilidad de ser un continuador de la obra de Fernández Morera, uno de los pintores espirituanos que he admirado desde niño. Considero que hay similitud en cuanto a los temas tratados. Sin embargo, existe una gran diferencia en la forma de abordar esos temas.

¿Por qué continúa haciendo una pintura tradicional? ¿No es el paisaje un género agotado?

No lo creo. Todo aquel que sea sensible ante la naturaleza y ame la vida, también ama el paisaje, sea urbano o rural. Siempre trato de poner en los ojos de las personas lo que yo siento. Porque no pinto para mí mismo, sino para que otros disfruten la obra, para sensibilizar a la gente ante el mundo que le rodea.

¿Qué temáticas prefiere?

En los inicios me incliné por los temas urbanos. Después pinté marinas, que me gustan mucho, y desde hace más de diez años he tomado como leiv motiv la teja colonial española.

¿Por qué?

La teja es para mí un símbolo de la arquitectura colonial, y en particular, de mi ciudad natal: Sancti Spíritus. Además, es un elemento muy plástico, que ofrece muchas posibilidades al pintar. Cualquiera dice: “la teja es roja”, pero no es así. La teja es verde, amarilla, violeta, en dependencia del momento del día y de la luz que la ilumine.

El tejado colonial aparece en muchas obras de la plástica espirituana. ¿Por qué es usted el artista más reconocido por el tratamiento de ese tema?

Anteriormente nuestros artistas no trataban el tema de los tejados específicamente. Pintaban la ciudad, sus casas y, por supuesto, le ponían las tejas. En mis cuadros la idea consiste en dar la visión por medio de ellas. Pinto a menudo tejas añejosas, con moho, que me permiten reflejar la vetustez de la ciudad. Además trato de dar una óptica diferente, pues estoy mirando a Sancti Spíritus desde arriba. Otras veces hago un close up de la teja.

¿No le molesta que se le conozca popularmente como “el pintor de los tejados”?

Lo más difícil para un artista es encontrar un modo de expresión por el cual se le identifique. Hay quien se ha pasado años buscándolo. Yo, afortunadamente, lo encontré. Por eso he seguido cultivando esa temática, y si me llaman “el pintor de los tejados”, bienvenido sea. No me molesta. En lo más mínimo.

Sancti Spíritus es motivo perenne en sus obras. ¿Qué representa para usted su ciudad?

Para mí la ciudad es mi casa grande, un abrigo. Conozco cada calle, cada acera rota. A veces cierro los ojos, y por el olor reconozco en qué lugar estoy parado. La ciudad representa mi identidad como espirituano. Me atrae su arquitectura, su historia, la trova espirituana, todo lo relacionado con mis ancestros. Ese conjunto de cosas es lo que inconscientemente uno vuelca luego en un cuadro, y aunque no aparezcan en él Serafín Sánchez u otro de nuestros héroes y monumentos, uno sabe que están allí, a través de las tejas o de una esquina cualquiera.

Si la ciudad es protagonista de su obra, ¿por qué en sus telas casi nunca aparecen seres humanos?

Los cuadros por sí solos revelan la existencia de las personas. Debajo de los techos habita gente, y las antenas de televisión fueron puestas por alguien. Son detalles que evidencian el modo de vida de los habitantes de la ciudad.

Hoy muchas personas identifican a Sancti Spíritus por sus cuadros. Tal vez por eso sus coterráneos lo declararon “el pintor de la ciudad”. ¿Considera usted que lo es?

No lo creo. La gente es la que lo cree. No sé quien fue el primero que lo dijo, pero lo cierto es que ya es un sello. A veces estoy presente en actividades, me presentan como “el pintor de la ciudad” y no lo asocio conmigo. Pero si logro interiorizarlo, diría que es un motivo de orgullo, de satisfacción. ¿A qué más puedo aspirar como artista? No tengo tantos méritos para ello, pero como he tratado durante mucho tiempo la temática urbana, tal vez me haya ganado el título. Yo no lo pedí, ese cayó así, y no voy a renunciar a él.

¿Cuál considera que es hoy su papel como artista?

Aspiro a seguir creando, a hacer mejores cuadros, a realizar exposiciones. Esa es mi función como artista. Pero a la vez me interesa mucho la promoción cultural, porque pienso que la cultura es fundamental en un pueblo, y si puedo contribuir de alguna manera al desarrollo de la cultura de mi ciudad, de mi provincia, de mi país, no estoy trabajando en vano.

Después de tantos años de incesante trabajo, ¿cuál es su mayor sueño?

A través de las pinturas trato de legar a la posteridad lugares de mi ciudad. Pero también quiero dejar mi propia huella. Una de las cosas que más anhelo es tener una vida posterior a la actual a través de los cuadros. Que cuando pasen los años yo esté presente en una obra, como han logrado estar otros. Mejor o peor, no digo que la obra sea buena, sería una autosuficiencia, pero que la obra este allí. Que la gente diga: esto lo pintó Antonio.


1 comentario

Ernesto -

Maravillosa obra la de este pintor , sería bueno que se le diera más publicidad
Un saludo