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El Espirituano

Acuicultura: una opción para el mundo

Acuicultura: una opción para el mundo

En Cuba la acuicultura se ha convertido en una importante fuente de alimento proteico para una parte considerable de la población. La experiencia de la isla demuestra que el cultivo de peces de agua dulce constituye una manera de hacer frente a la creciente demanda de pescado, tanto en naciones desarrolladas como en países del Tercer Mundo.

Cada día un considerable número de habitantes de Sancti Spíritus acude a casillas especializadas en busca de pescado, alimento que muchos consideran indispensable para mantener una dieta equilibrada.

La afluencia de consumidores ya es habitual no sólo en la provincia espirituana, sino en toda Cuba, donde la acuicultura no es una actividad exclusiva, sino un renglón económico de creciente importancia, y fuente inestimable de alimento proteico.

Fue precisamente en los años más duros del período especial, cuando se arreció el bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, que el país hizo énfasis en la captura de peces en los embalses construidos durante el período revolucionario a lo largo y ancho y de la isla.

La decisión fue sabia y sus resultados están a la vista. En la provincia de Sancti Spíritus, por ejemplo, la acuicultura aporta este año más de 4 mil toneladas de diversas especies, una cifra que representa un 25% de crecimiento con respecto al 2006.

Para incrementar esas producciones, la Empresa Pesquera del territorio mantiene cada año programas de repoblación de los embalses e introduce el uso de paneles solares y aerogeneradores para mejorar las condiciones de trabajo en las distintas granjas acuícolas.

Además de las capturas tradicionales que se realizan en los embalses, se fomentan los cultivos intensivos de tilapia en jaulas y clarias en piscinas de cemento. Sumando ambas modalidades, las entregas superan este año las mil toneladas, y los directivos aseguran que es posible aumentar ese volumen.

A pesar de las limitaciones económicas del país, el Ministerio de la Industria Pesquera también ha destinado recursos al mejoramiento de las condiciones tecnológicas de las industrias, donde se procesa el pescado y se prepara en forma de filetes, mortadella, croquetas y otros productos, que son más aceptados por la población.

En Cuba la mayor  parte de la producción acuícola se destina al consumo interno (pescaderías, centros de educación y salud, unidades de la gastronomía), y sólo los crustáceos y pequeños volúmenes de otras especies se ofertan al mercado externo.

La acuicultura debe tener un impacto creciente, toda vez que, según un informe de la FAO, para el año 2037 se necesitan por lo menos 37 millones de toneladas de pescado adicional a fin de satisfacer un crecimiento poblacional de dos mil millones de personas más.

La situación se agrava porque el nivel alcanzado por la pesca en los mares en la actualidad, con un máximo de nivel productivo, será incapaz de cubrir el aumento de la población en el planeta. Desarrollar la acuicultura con la responsabilidad que lo ha hecho Cuba es, entonces, una opción viable y necesaria para el mundo.

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