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El Espirituano

El primer derecho humano

El primer derecho humano

Los programas de la Revolución en el sector de la salud han permitido elevar la calidad de la asistencia médica y la esperanza de vida de la población espirituana.    Ha sido clave la voluntad política de un estado que dedica cuantiosos recursos a la reconstrucción y modernización de las instituciones de salud.

Sancti Spíritus culminó el 2007 con una buena noticia:    el logro de una tasa de mortalidad infantil en menores de un año de sólo 4,1 por mil nacidos vivos, la más baja de Cuba.

 El hecho adquiere mayor relevancia si se agrega que los espirituanos que nacen tienen, como promedio, una esperanza de vida de 77,7 años. Son resultados que es posible exponer rápido, en pocas palabras.    Sin embargo, llevan implícito el colosal esfuerzo que ha realizado desde 1959 el estado cubano para brindar una mejor asistencia médica a todos los ciudadanos, de forma gratuita.

Comparar la infraestructura y los índices de salud que hoy tiene Sancti Spíritus con los anteriores al triunfo de la Revolución Cubana, es una buena manera de aquilatar cuánto ha hecho el país en este medio siglo de un gobierno revolucionario que ha tenido como premisa la justicia social.

La esperanza de vida promedio de quienes habitaban esta región del centro del país era de apenas 50 años.    Existían entonces 54 médicos y sólo 11 instituciones de salud (cuatro de ellas privadas). Actualmente Sancti Spíritus cuenta con unas 200 instituciones de salud y más de 2400 médicos.   Súmele más de 4 mil licenciados en enfermería.

Pero lo más asombroso es que las dificultades económicas impuestas por la compleja coyuntura internacional y el férreo bloqueo que mantiene Estados Unidos contra la isla, no han podido impedir que el país continúe mejorando su infraestructura de salud y formando los recursos humanos necesarios.

En la provincia se han reconstruido 11 policlínicos en los últimos meses.  En cada uno se brindan, como promedio, 20 o más servicios nuevos. Ello ha permitido aumentar el número de casos vistos en esos centros, y poner a disposición de la población modernos medios de diagnóstico, como endoscopia, ultrasonido y rayos x.

Ahora son mayores posibilidades de realizar estudios contrastados y, por ende, se aprecia una mejoría notable de la asistencia médica. Los propios policlínicos son, a la vez, escenarios docentes para al formación del médico general básico y de los licenciados en enfermería.

En las unidades de cuidados intensivos abiertas en los policlínicos de los municipios se atendieron más de un millar de casos, de ellos 325 con riesgo de morir, con una elevada tasa de supervivencia. Todo ello se complementa con programas de cardiología, oftalmología, nefrología y otras especialidades que, dotadas con modernas tecnologías, permiten elevar la calidad de vida de los pacientes.

El mérito es mayor si se tiene en cuenta que durante todo este tiempo Cuba no ha dejado de brindar ayuda solidaria a naciones del Tercer Mundo.    En estos momentos 1 800 profesionales de la salud de Sancti Spíritus laboran en más de una treintena de países.

Por supuesto, no es el cubano un sistema de salud perfecto.  Hoy es necesario aumentar el control y la exigencia en cada centro, para que los ciudadanos reciban un servicio de excelencia, que se corresponda con todos recursos que el estado ha dispuesto para ello.

Ya en la provincia espirituana se reordenó el Programa del Médico y Enfermera de Familia, de manera que su permanencia sea mayor en la comunidad, una de las principales demandas de la población.

Muchos coinciden en que el movimiento de Colectivo Moral (categoría que se otorga a instituciones de salud con la aprobación de sus pacientes, que emiten opiniones en actos públicos) puede ser un catalizador para lograr una mayor calidad de los servicios médicos.    Ética y consagración deben seguir siendo pilares del ejercicio de la medicina en un país que ha sabido cultivar valores en los seres humanos.

En la más reciente sesión del Parlamento se dio a conocer que el 55% del gasto corriente el presupuesto estatal cubano estará destinado al sostenimiento y consolidación de las transformaciones en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte.

Se trata, en fin, de que los cuantiosos recursos que el estado cubano destina al sector de la salud, se traduzcan en la completa satisfacción de los ciudadanos. Mientras algunos intentan acusar a Cuba de violar los derechos humanos, lo cierto es que en la isla bloqueada se sigue haciendo hasta lo imposible para preservar la justicia y garantizar que  cualquier ciudadano, hombre o mujer, negro o blanco, disfrute siempre del primer derecho humano:   el derecho a la vida.        

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