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El Espirituano

Buenas semillas para una agricultura sostenible

Buenas semillas para una agricultura sostenible

Contar con semillas de alta calidad es fundamental para alcanzar altos rendimientos agrícolas y sustituir importaciones. Sancti Spíritus dispone de un laboratorio perteneciente a la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal, encargado de certificar toda la semilla botánica que utilizan los agricultores.

Aseguran los campesinos más avezados que sembrar una semilla de alta calidad es el comienzo de una buena cosecha. Coinciden, además, en que se trata de una importante premisa para evitar riesgos y no lamentar pérdidas económicas.

En correspondencia con esos preceptos, Sancti Spíritus dispone de un Servicio de Inspección y Certificación de Semillas, perteneciente a la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal.

Uno de sus centros fundamentales es el Laboratorio encargado de legitimar toda la semilla botánica que utilizan los agricultores del territorio.

“No se puede comercializar ni sembrar en la provincia ningún tipo de semilla botánica sin el certificado oficial de calidad que emitimos nosotros”, señala la ingeniera María del Carmen Diez, Jefa del Laboratorio de Semillas.

PASOS PARA UNA CERTIFICACIÓN

Desde que la semilla llega al laboratorio son recogidos todos los datos correspondientes a cada muestra, entre ellos la fecha de recepción, el lugar de procedencia, el lote al que pertenece y la clasificación de la especie.

Especialistas y técnicos con una alta calificación se encargan del análisis físico, fisiológico y fitosanitario de las semillas botánicas. El análisis incluye la humedad, la pureza física y la determinación de otras especies con las que pudieran estar mezcladas las simientes.

“De cada muestra se seleccionan 400 semillas, a las que se les evalúa su vigor, poder germinativo y porcentaje de germinación”, explica María del Carmen Diez. La ingeniera agrega que si el porcentaje de germinación no es el adecuado para la especie y categoría de semilla que se analiza, la simiente puede ser descalificada.

Pero el Laboratorio de Semillas no emite por sí solo un dictamen final. Las semillas también son analizadas en el Laboratorio de Diagnóstico Fitosanitario, adscrito a la Dirección de Sanidad Vegetal.

La semilla es examinada por especialistas en entomología, micología, bacteriología y otras disciplinas, con el objetivo de determinar la presencia o no de agentes nocivos, como insectos, enfermedades, virus, malas hierbas, bacterias y hongos”, apunta el ingeniero Wenceslao Barceló, uno de los entomólogos más experimentados de la institución.

“El peritaje que realizan los distintos especialistas es fundamental para llegar a un diagnóstico integral sobre la calidad fitosanitaria de las semillas”, recalca Barceló.

Luego el Departamento de Cuarentena Vegetal de la provincia emite un acta de liberación de la semilla botánica para que pueda ser comercializada y se especifica el tratamiento de desinfección que debe aplicarse antes de la siembra, generalmente medios biológicos, aunque no se descarta el empleo de productos químicos siempre que sea imprescindible.

Finalmente, con todos los resultados a su disposición, el Laboratorio de Semillas emite el certificado oficial de calidad.

UN LABORATORIO DE CRECIENTE IMPORTANCIA

Cada mes el Laboratorio de Semillas adscrito a la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal de Sancti Spíritus analiza alrededor de un centenar de muestras de semillas botánicas, tanto las utilizadas para la producción de alimentos, como las forestales.

Durante el 2010 el número de muestras estudiadas superó las 1300, la mayor cantidad del último quinquenio.

La labor del centro tiene una creciente relevancia, si se tiene en cuenta que en todos los municipios de la provincia existen fincas de semillas, ha aumentado el número de agricultores que se dedican a producir simientes, y se ha indicado que la actividad cobre mayor auge en las distintas empresas.

En momentos en que Cuba necesita de una agricultura sostenible, con mayores rendimientos agrícolas y menos dependencia de las importaciones de insumos, la certificación de semillas de alta calidad es un requisito indispensable.

Las buenas semillas también permiten mayor flexibilidad en las estrategias de cultivo, sobre todo en zonas donde las precipitaciones son bajas o irregulares.

De ahí la trascendencia de que los agricultores de Cuba, y en particular los espirituanos, apuesten por una buena semilla. El costo de la simiente tal vez represente una pequeña parte del gasto total de producción, pero su calidad puede ser un factor decisivo en el éxito o fracaso de una empresa agrícola.

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